Debido a la creciente demanda de Royal Caribbean sus directivos debían decidir si comprarían otro crucero o ampliarían alguno que tenían, pero con el tiempo encima decidieron alargar uno de sus cruceros. De esta forma y como si de una limosina se tratara, cortaron un barco de 12 pisos por la mitad, separaron las dos partes y colocaron una sección de 2,500 toneladas y 22 metros de largo (con 151 camarotes) entre las dos. Más tarde unieron todos los cables, tuberías y todo lo que habían cortado.

El proceso completo costó unos 60 millones de dólares, la capacidad del crucero se aumentó en 300 y se completó en tan solo dos semanas, construir otro barco hubiera tomado años.

Enlace: The cut-and-shut cruise ship | Vía: Neatorama